La lectura modela la
experiencia del ser humano en dos componentes principales, en lo personal y en
su formación integral; de la siguiente manera:
En el componente
personal, la lectura sumerge al sujeto en un viaje hacia un mundo imaginario,
lleno de ideas y planteamientos, en donde el autor nos plasma sus sentimientos
y pensamientos, penetrando hasta lo más profundo del ser, trasformando la forma
de percibir el mundo por que el escritor toca el corazón, las vivencias,
frustraciones o fantasías; en muchos casos el lector se identifica con los
personajes y esto ayuda a cambiar la óptica o la manera en que la percibe el
mundo ayudándose así a entender ciertas cosas desde otra perspectiva. La
lectura trae consigo enseñanzas y moralejas, las cuales dan un impulso y
encienden el motor de la motivación para que dicho sujeto pueda crear su propia
historia de manera más significativa y lo más importante desde un mundo de
posibilidades que le da la lectura por ende lo invita a reflexionar y por esto
construir un pensamiento crítico y analítico.
En la formación integral
del sujeto el buen habito de la lectura, contribuye al crecimiento y
perfeccionamiento de la lengua ya que mejora la expresión oral y escrita
ampliando el vocabulario, con un habla más fluida mejorando la redacción y la
ortografía notoriamente. La lectura es fundamental en la formación del sujeto
ya que ayuda a estructurar los diferentes ámbitos del ser a nivel académico,
profesional y personal es necesario
hacer una buena lectura para un correcto aprendizaje significativo, en el ámbito académico no hay una carrera
profesional en la que no se requiera el hábito de leer para tener un
conocimiento apropiado; la lectura aumenta el pensamiento e incentiva el
desarrollo de las habilidades sociales y fortalece las habilidades cognitivas
fundamentales: escribir, leer, interpretar, argumentar y proponer.